LA LIBERTAD DEL ARTE
Las frecuentementes proclamaciones hoy en dia, en favor de la libertad del arte merecen ser consideradas aqui aténtamente.
Lo dicho hasta ahora muestra, que el artista posee aquellas libertades que surgen de las leyes propias de la corespondiente rama artística. Insertado en el orden natural y en «la ley fundamental del fin último» (30), el artista puede desarrollar su individualidad en la media en la que sigue los métodos propios de las distintas ramas artísticas para comunicar su pensamiento y su sentimiento dentro del amplio abanico de diferentes formas y posibles expresiones.
La diferenciación por el método o por la forma, no significa sin embargo que el artista en el ejercicio de su actividad esté libre de obligaciones morales. El único sujeto de toda actividad es siempre el persona como tal, cuya libre y conciente acción libre no es separable de una actitud moral, ya que la vida humana siempre es un todo único.» (31).
No podemos justificar por lo tanto el requerimiento de una libertad ilimitada para el arte; al contrario, la subordenación bajo la ley divina -las creaciones del hombre dependen de la actividad creadora de Dios- no elimina la libertad del artista, sino que permite un desarollo de los talentos orientado hacia lo esencial, evitando el libertinaje en las acciones humanas.
Al igual que toda otra actividad humana también la actividad artística -asi como la dignidad del hombre- se debe ver como encuadrada dentro del marco del orden establecido por el creador de todo el ser. De ahí que la actividad artística no puede reclamar para sí una libertad ilimitada.
El artista está llamado más bien a dejar salir su propio Yo y unirse a una dimensión objetiva; a intentar contemplar lo eterno con un corazón puro y tratar de reflejarlo en su plenitud y claridad: «Los artistas son, en cierto modo, intérpretes de Dios, especialmente de su belleza y armonía. Cada belleza artística que se quiera captar en en el mundo, en la naturaleza y en el hombre para luego expresarla con tonos, colores y en el juego de las dimensioness, no puede prescindir de Dios, ya que todo lo que existe está ligado esenciálmente a el» (32).
atrás
|